ADULTOS

Ocho beneficios de aprender a tocar un instrumento a edad adulta (con un toque de humor)

¿Nunca has tocado un instrumento musical? ¡Nunca es tarde para hacerlo, y aquí tienes por qué deberías considerar hacerlo, incluso si tus amigos piensan que te has vuelto loco!

Animarte a aprender a tocar un instrumento musical de adulto no solo es una forma fantástica de mantener tu cerebro afilado y tu espíritu alto, sino también una oportunidad para divertirte y reírte de ti mismo en el proceso. ¡Así que no lo pienses más y empieza a hacer hervir tus neuronas!

1. Ejercicio para el Cerebro: Olvídate de esos rompecabezas de 1000 piezas; ¡tocar un instrumento es el verdadero gimnasio para tu mente! Cada acorde y cada nota es un desafío que hará que tu cerebro se ponga en forma. Si alguna vez pensaste que el sudoku era complicado, intenta tocar una pieza de Bach y verás qué tal te va. Pon a prueba tu cerebro aprendiendo un instrumento musical y enciende la mecha: «Música para los Reales Fuegos Artificiales de tu Cabeza».

2. Anti-estrés por excelencia: La próxima vez que tu jefe te haga la vida imposible o el tráfico te vuelva loco, en vez de gritar, saca tu violín, tu guitarra o teclado flexible de bolsillo y dale al «Minueto en Sol Mayor de Bach». La música es como un abrazo de oso para tu cerebro, pero sin el oso, ni el abrazo… ¡mucho más satisfactorio y menos peligroso!

3. Coordinación 2.0: ¿Alguna vez te has sentido torpe cuando intentas hacer dos cosas al mismo tiempo? Tocar un instrumento es como intentar bailar el tango mientras miras el instagram del móvil. Tu cerebro tiene que enviar órdenes en sentidos opuestos y esto rejuvenece tu mente y la pone «a tono».

4. Autoestima en Crescendo: Imagina la cara de tus amigos cuando te vean tocar una pieza como «El Granjero Feliz», «El Coro de Judas Macabeo» o «La Danza de las Brujas». La satisfacción de aprender una canción nueva es como ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Autoestima. ¡Tus amigos pensarán que eres un genio y todo el mundo alucinará de que has conseguido tocar una pieza sin hacer playbak.

5. Disciplina en Notas: Si alguna vez pensaste que el yoga era una prueba de paciencia, intenta mantenerte en la misma nota durante 1 minuto. La práctica constante te convertirá en un maestro de la autodisciplina, o al menos en un gran contador de tiempo. ¡Vas a necesitar cada minuto para perfeccionar esa canción que te encanta!

6. Socialización Musical: ¡Olvídate de los grupos de chat aburridos! Unirte a un grupo de estudiantes de música maduritos es como entrar a un club exclusivo donde en lugar de cócteles, hay acordes y notas. ¡Hacer amigos que también tocan el piano, el violín o la guitarra es mucho más emocionante que compartir memeces en un grupo de whatsapp!

7. Expresión Emocional Sin Palabras: Si alguna vez has tenido un mal día y no encuentras las palabras para expresarlo, la música es tu mejor amiga. Es como tener un terapeuta que no te juzga y que en lugar de darte consejos, te deja tocar hasta que te sientas mejor.

8. Hacer música en familia: Si tu hija o hijo también toca un instrumento, súmate tú también. Juntos disfrutaréis de tocar y también de desafinar juntos y descubrirás que tu hijo o hija es un ser lleno de paciencia y comprensión.

Conclusión Final (en serio)

La música nos gusta a todos. Nuestra mente y nuestras emociones se alzan y bailan ante ella. Es una de las sensaciones más buscadas por el ser humano a lo largo de la historia. La necesitamos, la consumimos y la disfrutamos, pero aún podemos dar un paso más allá, que es es poder practicarla de forma activa a través del aprendizaje y práctica de un instrumento musical .

La disciplina de practicar un instrumento musical requiere siempre un cierto espíritu de sacrificio, de dedicación, tal como un deportista. Pero este esfuerzo bien merece la pena ya que los músicos (no importa que seamos profesionales o amateurs) nos convertimos en fabricantes de sonidos, melodías y armonías que están esperando a que les demos forma, sentido y belleza.

Si bien es cierto que la mejor edad para aprender a tocar un instrumento o aprender un segundo idioma, cuanto más temprano mejor. No todos han tenido la oportunidad de poder hacerlo de niños y, como todo en la vida, mejor tarde que nunca.

Aunque aprender de adulto es más divertido porque te ríes más en el proceso y también te permites más concesiones, aún así, los progresos, las habilidades físicas y mentales que vas a lograr te harán que te lo tomes como una actividad lúdica de la que obtienes y percibes resultados serios y mejoras importantes para tí mismo. Luego, viene el premio final: disfrutar de tocar piezas para uno mismo, para los demás y, lo mejor, con los demás….

Uno de los mayores placeres para un músico es hacer música con los demás. No hay mayor placer para un músico que formar parte de un grupo, coro, banda, orquesta, etc .

Haciendo música con los demás, sientes que formas parte de algo grande. Por una parte, con tu instrumento o voz, contribuyes a multiplicar las vibraciones del conjunto. Por otra, tú recibes las vibraciones del conjunto. Esta acción recíproca retroalimenta el ánimo y eleva el espíritu, logrando un estado mental y de emoción únicos.

El esfuerzo de hoy es la música de mañana.